ARAGON POR LA PAZ. Ni industria, ni objetivo militar.

ADHESIÓN AL MANIFIESTO

La propuesta de implantar un «Hub de Defensa» en Aragón, anunciada por el Ayuntamiento de Zaragoza, la Diputación General de Aragón y la delegación del Gobierno en Aragón, se gestó en la opacidad y sin transparencia ni el conocimiento de la población, para ser presentada en Madrid el pasado mes de diciembre como un gran proyecto empresarial de colaboración público privada.

Desde entonces es objeto de una intensa campaña de propaganda institucional que, bajo el pretexto del empleo y desarrollo económico, pretende convertir a la sociedad aragonesa en cómplice de una industria letal.

Esa propaganda oculta que la industria armamentística perpetúa la violencia y el sufrimiento de la población civil, que constituye el 90% de las víctimas de los conflictos armados.

En la actualidad existen 56 guerras, la máxima violencia desde la II guerra mundial. En 2023 los conflictos ocasionaron 162.000 muertes y 95 millones de personas refugiadas o víctimas de desplazamientos internos.

La industria de armas, bajo los eufemismos de industria de defensa o tecnología de seguridad, destinada al comercio de armas no solo crea y perpetúa conflictos armados en diversas partes del mundo, sino que también desvía recursos vitales y nos convierte en objetivo militar frente a posibles acciones de represalia en caso de conflictos militares reales.El dinero público debería destinarse a la educación, la salud, la erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente.

Las exigencias de la OTAN y EEUU de incrementar los gastos de los países miembros de la OTAN, como el nuestro, en defensa y seguridad hasta el 5% del PIB tendrán su contrapartida en la reducción del gasto social.

El secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte ya señaló el camino: “en términos generales, gastar más en defensa significa gastar menos en otras prioridades”.

En Aragón, las instituciones están desmontando la cooperación y solidaridad, en lugar de priorizar un enfoque de paz para contribuir a la resolución de los desafíos y conflictos que presenta el escenario internacional.

El Presidente aragonés, Jorge Azcón, aseguró que su gobierno iba a poner una “alfombra roja y una autopista en la tramitación administrativa para una empresa que es señera en la industria de la defensa”, refiriéndose a las empresas de armamento como las del anunciado Hub militar y la empresa INSTALAZA. Esta última ya se ha beneficiado de una declaración de interés autonómico para el proyecto de la nueva planta industrial y van a recalificar los terrenos de los que dispone en el centro de la ciudad a pesar de que en los mismos no hay actividad industrial propiamente dicha.

El negocio está servido.La relación y cercanía entre la política de defensa y empresas y multinacionales de industria militar es terreno abonado para la corrupción y despilfarro de recursos públicos con prácticas como las puertas giratorias mediante las que antiguos directivos de empresas militares favorecen a sus anteriores empleadores desde sus cargos públicos o que se dedican a gestionar fondos de inversión para la “defensa” al tener garantizada financiación pública de estos proyectos.

Desarrollar armamento en nuestro territorio implica una serie de amenazas que no han sido debidamente explicadas ni valoradas por los responsables de esta iniciativa.

En el pasado, no tan remoto, Zaragoza aparecía señalada en la diana soviética porque existía una base militar norteamericana en la ciudad.

Los accidentes que se han dado como consecuencia de explosiones en el campo de maniobras de San Gregorio en Zaragoza han llegado a producir no solo heridos sino víctimas mortales, estando vinculados dichos accidentes incluso al desarrollo de nuevos productos militares que las empresas prueban en este campo.

En 2022, un jubilado español envió una carta bomba a la empresa zaragozana Instalaza que fabrica lanzagranadas y otros dispositivos enviados por el Gobierno de España a Ucrania. Dicho suceso es menor y anecdótico en comparación con las continuas acciones entre Rusia y Ucrania, que bombardearon recíprocamente fábricas de armamento y empresas vinculadas a la industria militar, que son lógicamente un objetivo de guerra prioritario en caso de conflicto.

La carrera armamentística afecta negativamente el medio ambiente por las emisiones de gases de efecto invernadero de los combustibles fósiles, los restos tóxicos de las guerras que destruyen ecosistemas y biodiversidad, y el daño directo a entornos naturales como campos de entrenamiento. Un dato puede ilustrar estos daños. Las emisiones de CO2 del sector militar de la UE en 2019 fue de más de 24 millones de toneladas. Equivale a las emisiones de anuales de unos 14 millones de coches medios. O bien a las emisiones anuales de estados como Croacia, Eslovenia o Lituania.

Desde Aragón, que destina gran parte de su territorio a la defensa, nos movilizamos contra las armas. Luchar contra el Hub militar es luchar por la paz y contra la guerra, que concebimos como un fracaso de la sociedad.

Aragón se “vende” siguiendo una lógica que gira en intereses que poco tienen que ver con los de nuestra tierra. Primero permitieron la proliferación de aerogeneradores sin control ni medida. Esto favoreció la implantación de macrogranjas de datos de las grandes multinacionales que consumen más energía que todo Aragón junto y que ahora necesitan y propician el despliegue de nuevas tecnologías de defensa para evitar ciberataques, pero también para el desarrollo de las nuevas armas tecnológicas que utilizan los datos para geolocalizaciones precisas y con las que hemos visto experimentar en Gaza.

En esta línea, Azcón anuncia otro gran proyecto de cesión de suelo público a empresas privadas en los que gastarán 100 millones de euros de presupuesto que ya ha llamado DAT Alierta en el Actur, para impulsar empresas tecnológicas que anuncian vinculadas a la ciberseguridad, un sinónimo de este nuevo negocio de la muerte por tecnología al que nos oponemos de manera rotunda.

El Hub es contrario a los valores de la cultura de paz, promovidos en la Ley 8/2023, de 9 de marzo, de Cultura de la Paz en Aragón y de la ciudad de Zaragoza como sitio emblemático de la cultura de la paz en su reconocimiento por la UNESCO por su compromiso en la defensa de los derechos humanos, la paz, la no violencia y la convivencia en 1999.

La guerra no puede ser un proyecto de futuro ni horizonte de vida para nadie, excepto para los directamente beneficiarios del tráfico de armas.

Aragón apuesta por la paz, la no violencia y la coexistencia pacífica de los pueblos como forma de resolver los conflictos y no quiere ser cómplice de una industria destinada a masacrar civiles y mantener guerras cuyas víctimas son poblaciones enteras ajenas a las decisiones de los gobiernos que las provocan.

Por todo ello, exigimos al Gobierno de España, al Gobierno de Aragón y a la Alcaldesa de Zaragoza que:

• Paralicen el proyecto de Hub de defensa y la ampliación de Instalaza para diseñar y fabricar sistemas y subsistemas de misiles.

• Trabajen hacia la reconversión de la industria armamentística hacia usos civiles, posibilitando ayudas para ello y centren sus esfuerzos en otro modelo de desarrollo industrial más sostenible que no se alimente de la guerra, ni de la escalada belicista.

• Informen de manera adecuada a la ciudadanía sobre las consecuencias y los usos que se va a hacer de nuestro territorio por la industria armamentística.

• Renueven el compromiso de renunciar a la violencia y a la amenaza del uso de la fuerza como medio de regulación de conflictos, entre países y entre personas.

• Aumenten el presupuesto destinado a cooperación al desarrollo y a proyectos comunitarios que mejoran la convivencia como los caminos necesarios para construir territorios de paz.

• Pongan en marcha la Ley 8/2023, de 9 de marzo, de Cultura de la Paz en Aragón, en especial dotando de fondos y de recursos humanos las materias recogidas en los artículos 3.1.d) y 5 de su articulado.

• Reviertan los gastos armamentísticos en la salud, la educación, la vivienda, los cuidados, la solidaridad, la cooperación al desarrollo y la igualdad, es decir en las necesidades sociales cuya cobertura genera seguridad en las personas.

• Denuncien y se opongan a la escalada belicista para entablar otro tipo de relaciones internacionales.

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