Gigantesco presupuesto militar español para 2018: 20 mil millones de euros
De acuerdo con los datos proporcionados el Centro de Estudios por la Paz el gasto real en defensa ascenderá en el presente año del 2018 hasta la astronómica cifra de los 19.926,36 euros, situándose en el 1,67% del PIB y el 4,42% del presupuesto . Canarias semanal consulta a sus lectores sobre una interrogante que se nos planteará en proximas fechas en relación con los cambios en en la jefatura del gobierno del Estado: ¿Cambiará a la baja el nuevo presidente estos presupuestos elaborados por el PP?
Según el Centro de Estudios por la Paz el gasto real en defensa ascenderá en el presente año del 2018 hasta la astronómica cifra de los 19.926,36 euros, situándose en el 1,67% del PIB y el 4,42% del presupuesto .
El incremento previsto para el Ministerio de Defensa, será destinado mayormente a la adquisición de nuevos armamentos y a hacer frente a los pagos ya comprometidos de los Programas Especiales de Armamento (PEA) – que hasta el pasado año no constaban en los PGE-, viene a confirmar el esfuerzo ya anunciado por la ministra María Dolores de Cospedal de alcanzar un 2% del PIB en gasto militar para el año 2024.
Junto a estas dos partidas, se incluyen en el análisis del Centro de Estudios por la Paz , las inversiones ordinarias para el mantenimiento de las Fuerzas Armadas (FAS), que pasan de 2.597 M€ en 2017, a 3.017 M€ en 2018, lo que representa un espectacular aumento del 42,3%, el coste de las operaciones militares en el exterior presupuestadas con 314 M€ y la partida de I+D militar, a la cual el año pasado se destinaron un total de 461,7 millones, que este año serán un 46% más hasta alcanzar los 678 M€, así como otros indicadores que se exponen con detalle en los diferentes apartados del presente informe.
Además de reiterar la falta de transparencia que persiste a la hora de declarar a cuánto asciende la partida inicial y final destinada en total al gasto militar, el informe el Centro de Estudios ofrece indicadores y cifras que dibujan esta realidad y la compara con las políticas de gasto social de los últimos años, para partidas como la sanidad, la educación, las infraestructuras o la cultura, cuya carencia es la verdadera amenaza para la vida cotidiana de la población.