Un nuevo 14 de abril aparece en el calendario. Lejos de hacer un ejercicio de memoria y nostalgia, es una excusa para plantearnos con firmeza la forma de estado y denunicar la corrupción que es y significa la monarquía en general, y la de los Borbones en particular. Los episodios judiciales vividos en los últimos meses acentúan la necesidad de que la Jefatura de Estado sea elegida con el voto directo de la población, y no por el caprcho de los espermatozoides de sus majestades. La izquierda debería tener una línea roja clara sobre el tema, no pactar con organización alguna que defienda la monarquía parece una obviedad. En este sentido, recordar que el PSOE acata con devoción a los Borbones. Los “compañeros” de viaje van en otro autobús junto a la derecha y el capitalismo, qué más hace falta para darnos cuenta.