Fuertes con los débiles y débiles con los poderosos. Así son los mediocres gobiernos autonómicos (Cataluña, Andalucia, Extremadura, Baleares y ahora Aragón) que van a imponer la mascarilla obligatoria.
Como no se atreven, no pueden o no quieren meter mano en las zonas de temporeros y exigir que se cumpla la legislación higiénicosanitaria y que se cumplan medidas de prevención de riesgos laborales prefieren culpabilizar al ciudadano de a pie e imponer medidas absurdas como el uso de la mascarilla al aire libre en todo momento y en todo lugar aunque vivas a cientos de kms de donde se han producido los rebrotes.
Aunque vayas en solitario al aire libre por el campo, un parque o una calle desierta de madrugada.
Todos los rebrotes han sido en ámbitos laborales o en encuentros en sitios cerrados. Hasta ahora, ningún rebrote se ha relacionado con la vida callejera en pueblos y ciudades, ni con las terrazas, ni con los niños jugando en los parques.
Muy grave es que una gran parte de la población incluida una gran parte de la izquierda aplaude esta medida con las orejas. La culpa es siempre individual y de «la gente». De ese que va por el campo en solitario o del que pasea el perro en una plaza desierta a las siete la mañana. La culpa nunca será de los que utilizan mano de obra en pésimas condiciones laborales mientras las autoridades miran para otro lado.
«La gente», el otro es el culpable.
Potenciemos la delación, denunciemos desde el balcón al que en una plaza desierta está sin mascarilla de madrugada paseando al perro, mientras que se siga produciendo en el sector agroalimentario y hortofrutícola y miremos para otro lado que los que trabajan allí son pobres y ciudadanos de segunda.
PD: Leo los comentarios en las páginas de FB de los medios locales donde se aplaude y se pide mano dura frente al irresponsable que no lleva mascarilla (solo era obligatoria en ciertos ámbitos) y se obvia de donde vienen la mayoría de los brotes y me dan ganas de lanzarme al vacío.