El país se volcará a las calles nuevamente. Sindicatos, indígenas, artistas, universitarios y ciudadanos del común convocaron a una gran huelga el 21 de noviembre en protesta contra el gobierno del presidente Iván Duque, que luce debilitado tras un año y medio en el poder.
Durante una rueda de prensa en Bogotá, las principales centrales obreras, incluido el magisterio, invitaron a rechazar las que consideran políticas «neoliberales» de Duque, y a marchar en defensa de la «vida y la paz».
«Continuaremos en todo el país la organización de esta gran movilización y de este gran paro nacional (…) para protestar por los intentos, los propósitos que hay de empobrecer aún más a la población colombiana», insistió Miguel Morales, presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia, uno de los sindicatos más importantes después de la CUT.
Los movimientos de protesta hicieron énfasis en su repudio a la violencia contra los líderes sindicales y sociales, que dejó 486 muertos entre el 1° de enero de 2016 y el 17 de mayo de 2019, según la Defensoría del Pueblo. También la FARC, el partido surgido del acuerdo de paz, anunció su respaldo a la huelga en rechazo al asesinato de poco más de 170 excombatientes que firmaron el pacto.